lunes, 4 de abril de 2011

Una posible explicación

Aproveché un indeseable viaje de trabajo a Madrid para exprimir en el Bazar Matey la única media hora que tuve libre. Hace unos diez años que estuve en esa tienda, pero creo que aquella visita tuvo que ser aún más relámpago que ésta, porque sólo recordaba el mostrador.






De lo que realmente necesito para montar la maqueta, sólo me faltaban seis placas de distribución (MAR 72090), que ahora vienen preparadas para las nuevas clavijas Märklin, las pequeñas, así que también he tenido que comprar 30 de éstas.


Es imposible irse de esta tienda sólo con seis placas y 30 clavijas. Hay decenas de expositores con artículos de todo tipo; el bazar está hecho con un buen gusto alucinante y tiene auténticas virguerías.




Total, que además compré una caja de personajes (seis esquiadores), la revista Maquetren (está genial) y, atención: el coche Vespa en miniatura. Explico esto último: mi padre, en uno de sus múltiples negocios cambulloneros, apareció en casa en un Vespa 400, un coche descapotable de 1957 (sobre este coche hay mucho y muy bueno en www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=583057).


Llevaba mucho tiempo detrás del cochito en escala y, por fin, lo conseguí el pasado viernes en Matey, encima en una reproducción perfecta que, aunque no me sirve para la maqueta (es algo mayor que 1:87), quedará estupendo en la pequeña colección de juguetes curiosos que estamos montando poco a poco.




Ahora -por el sábado 2 de abril- estoy en el avión llegando a Gran Canaria, viendo el Teide sobre las nubes y echándole un primer vistazo a la revista, y la sensación que tengo al ver las fotos con esos increíbles paisajes es que querría estar dentro de esas maquetas, en ese mundo perfecto de montañas, ríos, lagos, árboles y trenes. Entonces pienso que ésta puede ser una de las explicaciones al vicio que produce en los aficionados al maquetismo ferroviario este universo en pequeño.


Me decía ayer -por el viernes pasado- un taxista en Madrid que esto de los trenes es muy friki. Pensándolo ahora, creo que tiene razón, pero yo estoy encantada de ser una de esos frikis.

1 comentario:

  1. Una maqueta como esta... sí, estoy de acuerdo: es un escape a un mundo perfecto, y es por eso que no me parece una frikiada,... otros lo hacen con la televisión, eso de escapar.
    Sin embargo, cuando se trata de maquetas se trata de jugar, y cuando se trata de jugar se trata de usar la imaginación (y me refiero a jugar como nuestra generación jugaba, con la tiza y dos palos cruzados a modo de escopeta - había que tener cuidado con los clavos llenos de herrumbre -)
    Que nunca llegue a ser una frikiada jugar usando la imaginación, en este mundo en que ya cualquier pequeña diferencia con respecto a la mal llamada "normalidad" es considerada una "excentricidad". Si va a ser así, entonces,
    SEAMOS EXCÉNTRICOS!

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